La coffea-la plata
Ubicado en 6 y 49, en una esquinita bien céntrica nos encontramos con este lugar. Uno piensa que mientras mas al centro de una ciudad, mas clientela y mejor atención,verdad?.Pues no, pero vayamos de a poco.
Por fuera, no sobresale de otro resto-bar, solo posee un llamativo rojo,que te seduce a querer entrar. El lugar, por dentro,causa una sensación al bar de moe.( sin gente y que apenas entra la luz solar).
La atención, es miserable. Sentí que tenia que gritarle a la moza, cada vez que quería algo, sumado a la lentitud que tenia esta muchacha para atenderme,y si, obviamente el combo se completo con una cara de pocos amigos.
Luego de que me "tiraron" literalmente la carta,con mi novia,nos dispusimos a ordenar.
Esta vez,no criticamos un almuerzo o cena,sino una merienda,
La carta no era muy variada, teniendo las típicas ofertas(café, expreso,doble,te,chocolatada y un par de regateos mas)..
Para endulzar la tarde, decidí acompañar mi café,con una porción de torta.Pedí una porción de lemon pie, pero no quedaba mas, Como la carta carece de variedad, solo tenían pastel de manzana o alfajores de maicena. Opte por lo primero.
El café, no era nada del otro mundo,algo promedio, en cuanto a la torta, era un vizcochuelo exquisita que tenían en el mostrador desde hace dos semanas y apenas un vestigio a manzana.
Lamentablemente,el precio no fue equitativo con lo que ordene.
Ahora, mayormente por su mala atención, por su desgano y por la falta de compromiso con el cliente, le dejo a este lugar, un lamentable 5
El bar frente a la estación
de Korn:
Cuando alguien ve un
cartel prometedor fuera de una galería, que anuncia las generosidades de la
cafetería del lugar, enseguida sale la idea de querer llevar a alguien para
conocer el sitio, y de paso poder saborear aquellas promesas que al parecer ofrecer.
Es así como nosotros
entramos a bar, que a primera vista uno aprecia lo pequeño que es (si no
recuerdo mal, adentro había como 3 o 4 mesas con dos sillas cada una) y afuera
del local había un par mas, que a veces tienen apiladas cuando no se usan. Sin
embargo, lo malo del lugar no es el espacio, ya que uno dice “bueno, es acogedor
“así como también puede pensarse que el negocio se parece a esos pequeños
barcitos de antaño, sencillos y modestos; la cuestión pasa en que:
1-
Ya ni bien te sentás, uno
espera encontrarse con los famosos paquetitos de azúcar y edulcorante que la
mayoría de los lugares tienen (de vez en cuando también esta servilletero. Este
no es el caso: arriba de la mesa hay una azucarera de plástico, manoseada por
miles de manos, vaya a saberse si limpias y ajada, muuuuy ajada.
2-
El menú: bien, tenemos la
sorpresa de la azucarera, pero a no desesperar! Debe haber algún menú
prometedor… no??? Pues bien, no lo hay, porque si esperas que te sirvan algún capuchino
o una porción de cheesecake, mejor anda pensando en ir a otro lado, porque acá
simplemente te ofrecen café, café con leche, medialunas, te, y tal vez, una
pastafrola tal vez, ojo!!!!
Pero pese a
todas estas críticas (la azucarera extraña y la poca variedad que hay en
materia dulce) algo bueno del lugar es el precio, no te van a robar y si andas
cansado y con la necesidad de un buen empujón, esta cafetería es recomendable
sin dudas, sin embargo, nos vamos con ganas de mas y le damos un 3 como nota
ACLARACION: la
calificación que se le otorga al lugar es en base a la parte de cafetería. No
se le critica la sección de almuerzo.
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